Babia fue una zona excelente para la trashumancia, venían 300.000 ovejas de Extremadura a Babia, estos rebaños venían acompañados de 700 mastines aproximadamente. En Babia hubo una ganadería impresionante desde hace mil años.
El mastín fue muy importante para resguardar a su ganado del lobo. En la trashumancia el perro mastín era sumamente protegido, había muchos mastines para ahuyentar al lobo porque esta raza de perro embiste al lobo y al tener más peso, con su potencia lo derriba. Antiguamente se les cortaba el rabo para evitar que el lobo pudiera enganchar al mastín por el rabo.
Aproximadamente 70 mastines. Criadores entre 8 ó 10 que los cuidan para llevarlos a concursos y participar en ferias, aunque también hay ganaderos que los utilizan para cuidar sus vacas o rebaños por el aumento del lobo.
El instinto es algo que le viene de siglos, el mastín protege a animales y a su entorno, su instinto es genético. El mastín sale a defender, pero no agrede si no se siente amenazado. Es un animal que preserva y cuida su ganado, su entorno y su habitáculo.
La crianza de mastines en Babia viene de historia, desde India, Afganistán, Turquía, etc., el mastín fue evolucionando a otros lugares. Por su tamaño y su fuerza lo usaban los ejércitos romanos para transportar pequeños pesos, como armas o utensilios de no más de 20 kilos y en los campamentos ayudaban a vigilar el entorno. Llegó a España como protección de los ganados desde hace casi 800 años.
En Babia hubo unas ganaderías que se independizaron y mantuvieron esos perros mastines más tiempo que en otras zonas, por lo tanto, hubo ganaderos durante más tiempo y esto también fue lo que creó más afición.
Babia sigue con la historia del mastín, con el uso y costumbre desde tiempo inmemorial.
Antiguamente se alimentaba de pan y leche de cabra y actualmente de pienso, sobre un kilo diario. La enfermedad que padecen los mastines grandes es la displasia de cadera, que les produce dolores y dificultad para moverse con las patas traseras.