EN BABIA TE ESPERA NUESTRO MEJOR AMIGO, NUESTRO PERRO GUARDIAN Y PASTOR… EL MEJOR COMPAÑERO DE VIAJE
Un poco de historia…
El mastín leonés es una raza de perro guardián de ganado, originaria de España que abunda en las zonas rurales, desde tiempos inmemorables ha estado ligada a la tradición ganadera de la trashumancia, especialmente en prados y puertos astur-leoneses, cántabros y extremeños. Cariñoso, manso y noble durante años, el mastín, ha demostrado su fidelidad al ganado.
En los prados y montes de Babia, rebaño de ovejas y mastín son inseparables. Siempre que se nos viene a la cabeza la imagen de un mastín leonés, nos lo imaginamos bajando de la montaña alrededor de un gran rebaño de ovejas encargados de su cuidado y protección.
Es el perro de guarda utilizado para proteger los rebaños del ataque de animales salvajes. En España, desde hace siglos los mastines acompañaban al ganadero con sus enormes rebaños de ovejas cuando viajaban desde los pastos del sur hasta las montañas donde pasaban el verano. Antiguamente los pastores que vivieron la época de la trashumancia, en su memoria recuerdan cientos de hazañas de mastines y lobos y de jornadas interminables que compartieron al cuidado de sus rebaños.
No solo el lobo es enemigo de los rebaños, también el zorro y los perros asilvestrados hicieron perder a los ganaderos innumerables corderos. Hoy en día, aunque el ganadero, el mastín y el rebaño son elementos indisolubles, sí que es verdad que hay otros métodos para proteger el ganado de ataques de lobos y demás depredadores.
Los ganaderos siguen estando acompañados de su aliado más fiel, el mastín. Los mastines pueden ladrar a la persona, pero nunca deben llegar a atacar. El animal sabe distinguir perfectamente cuando su rebaño está en peligro y cuando no, si paseando por los prados nos encontramos un grupo de mastines protegiendo su rebaño seguiremos caminando con tranquilidad evitando el ganado, sin muestras de nerviosismo, el mastín ladrará para avisar pero no atacará.